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La economía política y el cristianismo
Zeferino González

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La economía política y el cristianismo

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Tags: Politics, History of Ideas, Economic History, Lang:es

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Zeferino González Diaz de Tuñón (Pola de Laviana, Asturias,1831-1894). España.
Hijo de labradores, en 1844 tomó el hábito dominico en el convento de Ocaña, y se fue a vivir a los dieciocho años a Manila, donde finalizó sus estudios. Su salud delicada marcó su dedicación a la academia y no a la misión: en enero de 1862 terminó La Economía política y el Cristianismo, y en 1864 publicó en Manila su principal obra doctrinal, los tres volúmenes de Estudios sobre la filosofía de Santo Tomás.
En 1866 fue trasladado por su Orden a España y en 1873 fue elegido miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.
De 1875 a 1883 ejerció como obispo de Córdoba, donde inició la organización de los Círculos Obreros y adaptó los Seminarios eclesiásticos a las exigencias de la enseñanza del bachillerato civil. Más tarde fue nombrado arzobispo de Sevilla, y en 1884 fue designado cardenal. Un año más tarde ocupó la Sede Primada de España, se enfrentó al clero toledano y en 1886 prefirió dejar el arzobispado de Toledo y volver al de Sevilla, del que dimitió para retirarse.

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Zeferino González Diaz de Tuñón (Pola de Laviana, Asturias,1831-1894). España. Hijo de labradores, en 1844 tomó el hábito dominico en el convento de Ocaña, y se fue a vivir a los dieciocho años a Manila, donde finalizó sus estudios. Su salud delicada marcó su dedicación a la academia y no a la misión: en enero de 1862 terminó La Economía política y el Cristianismo, y en 1864 publicó en Manila su principal obra doctrinal, los tres volúmenes de Estudios sobre la filosofía de Santo Tomás. En 1866 fue trasladado por su Orden a España y en 1873 fue elegido miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. De 1875 a 1883 ejerció como obispo de Córdoba, donde inició la organización de los Círculos Obreros y adaptó los Seminarios eclesiásticos a las exigencias de la enseñanza del bachillerato civil. Más tarde fue nombrado arzobispo de Sevilla, y en 1884 fue designado cardenal. Un año más tarde ocupó la Sede Primada de España, se enfrentó al clero toledano y en 1886 prefirió dejar el arzobispado de Toledo y volver al de Sevilla, del que dimitió para retirarse.