Tamames, Ramón ESTRUCTURA ECONÓMICA INTERNACIONAL CAPÍTULO 1 EL PROCESO DE FORMACIÓN DE LA ECONOMÍA MUNDIAL 1.1. Los albores del comercio internacional Los primeros antecedentes premodernos del comercio internacional pueden fijarse en el intercambio mediterráneo de la baja Edad Media, en el que Génova, Pisa y Venecia ocuparon puestos relevantes a raíz de las últimas Cruzadas que activaron en alto grado el tráfico en el Mediterráneo. Estas ciudades italianas servían de puntos de enlace con Oriente (sobre todo para el comercio de producción de lujo) y con Flandes (para el comercio de bienes indispensables). También desde Brujas partían las líneas de enlace con Castilla, al sur, y con Alemania y Escandinavia, al norte. Este comercio medieval alcanzó un alto grado de florecimiento a finales del siglo XIV, pero se vio muy afectado por la presión de los turcos desde Oriente. 1.2 La formación de los imperios coloniales El gran salto hacia un futuro comercio mundial se habría de producir a finales del siglo XV con el avance de los pueblos ibéricos en América. Se inició una fuerte recuperación no sólo del comercio intraeuropeo, sino que al mismo tiempo nació un comercio mundial; haciendo entrar en la corriente internacional no sólo nuevas mercancías, sino sobre todo un elemento reactivador de la circulación económica: los metales preciosos, procedentes de la América española, que causaron lo que los historiadores llaman “la revolución de los precios”. Sin embargo, las dos naciones ibéricas no supieron o no pudieron convertirse en verdaderas metrópolis comerciales e industriales. El primer centro comercial pasó de Amberes a Amsterdam. Fue en esta ciudad holandesa donde en 1609 se creó el primer gran banco comercial de la historia (el Banco de Amsterdam) y en donde ya desde 1561 funcionaba la primera Bolsa de Valores. Amsterdam se convierte de esta forma en una metrópolis comercial de ámbito mundial, en la que desempeñaban un importante papel los judíos sefaraditas expulsados de España y Portugal. La entrada de Francia en el comercio internacional fue mucho más tardía y menos fructuosa. Los franceses fundaron los primeros establecimientos americanos en Canadá. Pero las guerras entre Francia y Holanda y entre Francia y España, y el golpe de muerte que para las pretensiones de Felipe II representó la derrota de la Armada Invencible, fueron las grandes acciones históricas que habrían de facilitar la aparición de una nueva y definitiva potencia comercial: Inglaterra. Los corsarios ingleses buscaron nuevos horizontes en las zonas de América que España no había llegado a ocupar; los ingleses no tardaron en asegurarse las bases territoriales de lo que en el futuro iba a ser un fecundo comercio triangular: envío desde Inglaterra hacia el Golfo de Guinea de géneros diversos y quincalla para la adquisición de los esclavos; esclavos que se exportaban a las nuevas plantaciones del Caribe y de las 13 colonias; desde allí se embarcaba algodón, azúcar y tabaco hacia Europa. El comercio y el contrabando británico se convirtieron en un hecho institucionalizado en todo el Imperio español en América. 1.3 La hegemonía británica y la era del librecambio La marina británica adquirió la hegemonía en todos los mares del mundo. Las guerras europeas del siglo XVIII le sirvieron para ocupar posiciones en todas las costas, lo que le permitió ir creando el más importante imperio colonial y comercial de la historia. Inglaterra impuso su dominio definitivo con la revolución industrial, que era gestada junto con el dominio de los mares, y que hizo de este país el árbitro político y económico mundial. Se pasó gradualmente del mercantilismo a lo que se dio el llamar la Era del Librecambismo, en la que se crearon las condiciones de una verdadera economía internacional. Durante los siglos XVII y XVIII se pusieron en Europa los primeros cimientos de la actividad industrial. Y para protegerlos fueron muchos los países que establecieron altos derechos a la importación de manufacturas, listas de prohibiciones a importaciones, etc.. La política del mercantilismo sirvió para abolir las restricciones medievales y para crear Estados nacionales poderosos, mucho más fuertes económica y militarmente que España o Portugal. Fue precisamente en Inglaterra donde ese incipiente capitalismo industrial suprimió desde finales del siglo XVIII las trabas que las reglamentaciones industriales y comerciales del mercantilismo presentaban para la expansión de los mercados de la nueva industria. Se abrió así con la revolución industrial, una nueva fase de la historia de las relaciones económicas entre los países. El librecambismo pude definirse como aquella situación de las relaciones económicas en que era posible el comercio internacional sin trabas comerciales ni barreras arancelarias verdaderamente importantes, y en la cual tampoco existían obstáculos serios para los movimientos de los factores de producción (capitales y trabajadores). Impulsadas desde Inglaterra, las corrientes librecambistas se extendieron paulatinamente por toda Europa, lo cual de hecho significaba decir al mundo entero. Hacia las décadas 1860/80, el librecambismo alcanzó su máxima expansión. El tratado franco-británico Cobden-Chevalier de 1860 y todos los subsiguientes que condujeron a fuertes reducciones arancelarias significaron el triunfo general del librecambio, basado en pocos pero muy claros principios:  La división internacional del trabajo, que tendía a beneficiar a Inglaterra como 1º potencia industrial.  El patrón oro, que permitía una fluidez en los mecanismos de pagos internacionales y en los movimientos de capital.  El comercio con pocas trabas, que permitía la exportación masiva de las manufacturas inglesas.  La libertad de migraciones.  La libertad de los mares.  La reserva de los mercados coloniales para las potencias metropolitanas. La aplicación de todos estos principios originó algo parecido a una integración económica internacional, pero construida sobre pilares muy poco firmes y por el ejercicio del poder colonial de las potencias industriales europeas sobre los pueblos más atrasados. 1.4 La erosión del librecambio y la génesis del bilateralismo Hacia el final de la década de 1870, la situación casi plenamente librecambista empezó a transformarse, hubo movimientos importantes para sustituir el free trade (comercio libre) por el fair trade (comercio leal). Varios países europeos fueron adoptando políticas arancelarias más proteccionistas a fin de poder desarrollar sus propias industrias frente a la competencia británica. Por otra parte, fue en esta época donde se procedió al reparto de los espacios “vacíos”, sin soberanía internacionalmente reconocida, y que marcó el punto de arranque de nuevas tensiones, las que luego desembocarían en la 1º guerra mundial. A partir de 1918 surgió un nuevo sistema antagónico al capitalismo, el socialismo. Además el abandono del patrón oro, la elevación de los aranceles y el establecimiento de restricciones en el intercambio de mercancías, de personas y de capitales fueron, todos ellos, fenómenos de un período de entreguerras (1918-1939) problemático para Inglaterra y Alemania, y extremadamente grave para todo el mundo desde el comienzo de la Gran Depresión hasta fines de 1929. Como consecuencia de la Gran Depresión, Francia reintrodujo una serie de restricciones y su ejemplo fue ampliamente seguido. Se inició así una implantación generalizada del bilateralismo, cuyo primer instrumento sería precisamente las restricciones cuantitativas (o contingentes). La forma más corriente de contingentación fue la bilateral, materializada en listas de mercancías anexas a los tratados comerciales, donde se fijaba un tope de valor a la importación autorizada de cada mercancía desde cada país concreto. Otro instrumento del bilateralismo fue el régimen conocido con el nombre de comercio de Estado, con éste como único titular de la importación, realizada por sí mismo o por adjudicaciones a particulares. Un tercer elemento fue el control de cambios, que puede adoptar distintas formas, desde la mera intervención de sostén en los mercados de divisas a través de fondos de estabilización de cambios, hasta el racionamiento de divisas por una oficina gubernamental. En cada acuerdo de clearing se determinan las cantidades máximas a importar y a exportar por parte de cada uno de los países. El problema fundamental del bilateralismo es que imprime una fuerte rigidez a las relaciones comerciales. El hecho de que nuestro tiempo sea una época de cooperación e integración económica no quiere decir que el bilateralismo haya pasado a la historia. 1.5 La estructura y la institucionalización de la economía internacional Fue durante la 2º guerra mundial (1939-1945), cuando las naciones aliadas contra las potencias del Pacto Tripartito (Alemania, Italia y Japón) empezaron a forjar una visión de lo que podía ser las nuevas relaciones económicas internacionales, que entrarían en efectivo funcionamiento al final de la contienda. La idea de que sería preciso preparar unas instituciones económicas internacionales para la paz, tuvo su primer planteamiento formal en 1941, cuando Roosevelt suscribió con Churchill, la llamada “Carta del Atlántico”, dirigida a salvaguardar a las Democracias y tendiente al “restablecimiento de un sistema de seguridad amplio y permanente”. Previendo que uno de los primeros problemas que se plantearían con la paz sería el de la alimentación de las naciones arruinadas por la guerra, en 1943 se creó, lo que habría de ser el embrión de la primera agencia de las Naciones Unidas, la FAO (Organización de la alimentación y de la agricultura). Poco después, en 1944, en una conferencia internacional monetaria y financiera se aprobó la creación del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF). El objetivo era bien claro: reconstruir el sistema internacional de intercambios y pagos, y facilitar recursos crediticios para atender a la reconstrucción. La URSS no firmó los convenios constitutivos del FMI y del BIRF; ello puso de relieve que una de las principales constantes de la postguerra sería precisamente la diferencia entre los dos grandes sistemas económicos y políticos (capitalismo-socialismo). 1.6 El nacimiento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) A pesar de las nacientes diferencias inter-sistema, en agosto de 1944, las potencias aliadas elaboraron las bases de una nueva organización mundial. Durante junio de 1945 fue aprobada por la unanimidad de las 50 naciones presentes, la Carta de las Naciones Unidas. La Organización de Naciones Unidas, en lo sucesivo habría de ser el foro básico de buen número de negociaciones internacionales de gran alcance en el campo económico. 1.7. Los grandes problemas de la actual estructura económica internacional En este momento de la economía internacional son varios los temas que exigen un análisis individualizado. Empezando por los sistemas económicos y las características más importantes de cada uno de ellos. Otra cuestión básica viene dada por las diferencias en cuanto a los niveles de desarrollo. En la opinión del autor, las formas de relación económica entre las naciones pueden clasificarse en tres grandes categorías: bilateralismo, cooperación e integración. 1.8 Sistemas económicos Los hombres adoptan distintas formas de organización social para el desempeño de su actividad económica. Estas distintas formas son los denominados sistemas económicos. 1.8.1 El capitalismo El capitalismo, dice Loucks, es un “sistema de organización económica caracterizada por la propiedad privada y por el uso para el beneficio privado del capital creado por el hombre y del capital de origen natural”. Consideramos que el prototipo o modelo clásico del capitalismo fue el liberal de la 2º mitad del siglo XIX, apoyando jurídicamente la propiedad privada; con un ejército de reserva de trabajadores que permitía una desenfrenada explotación que desarrolló en alto grado la lucha de clases , y con una división del trabajo cada vez más avanzada. La 1º guerra mundial y la Gran Depresión fueron las que originaron cambios importantes en el sistema capitalista., haciendo surgir capitalismos totalitarios, en los cuales la intervención del Estado aumentó en forma extraordinaria. Claro que hablar de capitalismo en forma abstracta no tiene mucho sentido para la generalidad de los países que están dentro de lo que normalmente se denomina “mundo capitalista u occidental”: Hay un problema de relación entre sistemas económicos y grado de desarrollo. 1.8.2 El socialismo El socialismo es una corriente de pensamiento con multitud de expresiones. Todas las cuales coinciden en el afán de igualitarismo entre los hombres, que teóricamente no puede ser logrado sino con una mayor o menor sustitución de la propiedad privada por la colectiva en los medios de producción. “Es un movimiento que aspira a conferir a la sociedad como un todo, que los incrementos de la renta nacional sean distribuidos más equitativamente y, sin por ello, destruir la motivación económica del individuo, su libertad de empleo o su elección de consumo”, decía Loucks. En tanto que el Partido Comunista de la URSS, consideraba al socialismo como un sistema social sin clases, los bienes de producción son de propiedad nacional y el desarrollo del pueblo se hará bajo el desarrollo constante de la ciencia y la técnica. 1.9. Niveles de desarrollo Un país subdesarrollado o atrasado se caracteriza por una serie de rasgos que sintéticamente se pueden agrupar en: población, estructura económica, distribución de la renta y estructura social, y dependencia y vulnerabilidad económica. Generalmente los países subdesarrollados tienen una población que crece rápidamente. Este fuerte crecimiento se debe a la persistencia de elevadas tasas de natalidad, en tanto que las tasas de mortalidad se ha reducido. Dicha característica tiene gran trascendencia para el desarrollo, ya que buena parte del crecimiento económico lo absorbe la propia expansión demográfica. Población y estructura económica son aspectos interrelacionados de una misma realidad. Generalmente la economía de los países subdesarrollados se basa en el predominio de una agricultura de patrones tradicionales, con una fuerte concentración de la propiedad de la tierra. También son usuales los vestigios de feudalismo y las técnicas del cultivo primitivas, con bajos rendimientos. El retraso agrícola resulta particularmente grave si se tiene en cuenta que la agricultura forma, junto con los recursos mineros, el núcleo de engarce activo más frecuente de los países subdesarrollados con el comercio mundial: las consecuencias para sus ingresos por exportación llegan a ser dramática, por las fluctuaciones en oferta y demanda y en los precios. El panorama de debilidad estructural en el sector agrario se ve completado con un grado bajo de industrialización y con un sector comercial hipertrofiado, atomizado. Todas las aludidas diferencias de la estructura económica, se ven acentuadas por la falta de una verdadera integración económica interna. En los países subdesarrollados la renta per cápita no supera los 500 dólares, frente a niveles que van hasta 35.000 dólares en los países industriales. La fuerte concentración de la riqueza y de la renta hacen coincidir normalmente subdesarrollo con dictaduras políticas y con la explotación económica sistemática y la satelización política por parte de las grandes potencias. Pero la dependencia y la vulnerabilidad económicas son las características que más claramente revelan la situación de los países subdesarrollados. En estas condiciones económicas y sociales, el desarrollo de la investigación es prácticamente nulo. De allí la dependencia tecnológica con el exterior. 1.10 Áreas de gravitación en la economía mundial Dentro de las tendencias de evolución de la economía internacional, no es difícil apreciar un cambio considerable en el panorama mundial. Y más concretamente, en lo que podríamos llamar gravitación económica general. En el sentido apuntado, son cada vez más frecuentes las observaciones sobre el desplazamiento del área que más pesa en el conjunto de la actividad económica del planeta. Tradicionalmente los países que asumían ese papel, se situaban a orillas del Atlántico Norte. Europa Occidental y América del Norte convirtieron al Océano Atlántico en un amplio espacio de alta densidad en sus orillas, y con comunicaciones de todo tipo entre ambas. Pero lo que parecía una cristalización, empezó a cambiar con la crisis de los años ‘70 y ‘80 con lo que parece será un desplazamiento cada vez más pronunciado del área de gravedad de la economía mundial, desde las dos orillas del Atlántico a la Orilla Asiática del Pacífico. A ello contribuye la progresiva traslación del centro de gravedad de la economía norteamericana hacia los estados del Oeste. Por otro lado, Japón resistió la crisis energética mucho mejor que los demás grandes países industriales. Asimismo, contribuyen al fenómeno las expectativas para Rusia del desarrollo de Siberia Oriental y la espectacular expansión que está registrando China. 1.11 Globalismo El globalismo es algo más que la mundialización. Constituye un verdadero salto cualitativo, en el sentido que desborda la mera expansión del comercio internacional, y de las fases de cooperación e integración. El comercio se hace virtualmente ya sin fronteras, en el espacio planetario, sin solución de continuidad. Así, resulta que por más importantes que sean las grandes agrupaciones regionales del tipo del NAFTA o de la Unión Europea, la mayor parte del intercambio se produce en el marco del globalismo, por encima de los bloques regionales. Las características del actual globalismo pueden resumirse en: 1) Las transacciones económicas se formalizan en tiempo real, sin demora, como consecuencia de los espectaculares avances de las telecomunicaciones, y de la combinación de informática y sistemas de telecomunicación., que da lugar a la telemática. 2) Los mercados bursátiles se convierten en permanentes, funcionan las 24 horas. 3) La globalización se adentra en los mercados monetarios. 4) El mundo entero habla el mismo idioma: el Basic English El globalismo constituye el rasgo fundamental de la economía mundial en los finales del siglo XX.