Dowse, Robert y Hughes, John SOCIOLOGÍA POLÍTICA CAPÍTULO 2 FUNDAMENTOS CONCEPTUALES DE LA SOCIOLOGÍA POLÍTICA 2.1 El problema del orden El orden social, el problema de la permanencia y el cambio, han sido siempre objeto de cuestionamientos. Es difícil imaginar el orden social sin su contrario, el desorden social. El abordaje a la problemática desde el análisis funcional y la teoría del conflicto, estuvo orientado hacia el orden como producto natural de la sociedad y la ruptura del mismo como culminación de una situación de tensión, respectivamente. La simple observación empírica establece que las sociedades tienden mayoritariamente hacia el orden y no al caos. La pervivencia de la sociedad hace que ella misma se aleje de los sentimientos de amenaza o de probabilidad de muerte. El establecimiento de las leyes asegura la pervivencia, alejando cada vez más al hombre de sus instintos, de la vida natural, aislada. Esto pareciera una verdad de perogrullo, pero sin ellas, no habría sociedad constituida. Pero lo que no se presenta como una obviedad, es la creación y el mantenimiento del orden cuando representa un problema real, puesto que no es algo que esté ya dado. Esto es lo problemático para el sociólogo, en tanto esta ruptura del orden representa algo sintomático en la sociedad. Tendencias dominaNTES EN El pensamiento social La que hace hincapié en el uso de la fuerza como agente subyacente a la obediencia y al orden sociales La que ve a la sociedad como una organización de interés mutuo, que hace que las acciones sociales tengan su coste y beneficios, considerados por la mayoría de sus integrantes La vía más tradicional, es la que concede prioridad al compromiso colectivo con las normas u objetivos del Estado o de la sociedad 2.2 La coerción como solución al problema del orden Al igual que las demás, la teoría de la coacción, supone una concepción del hombre, al que considera más bien egoísta, ansioso de un poder, el cual impone y mantiene a través del temor. La naturaleza humana no cambia esencialmente al vivir en sociedad, pues es anterior a ella. Lo que ésta hace es solo modificar los instintos, permitiendo su tramitación aceptable. La agresividad, la violencia, y otros verdaderos rasgos de la personalidad humana, fueron estudiados por Freud, y los estudios sociales modernos los han incorporado para destacar la determinación que el entorno social causa en ellos. Estas influencias psicologistas, afectaron el pensamiento sociológico moderno. Algunas obras de Marx, como sus Manuscritos de 1844, eje de la doctrina materialista, presenta al hombre como producto de las circunstancias, y su conciencia, producto de la educación. El proletariado a través de su lucha liberará a toda la sociedad impulsando su cambio material: el hombre cambiará esas circunstancias y el educador es quien ahora será educado. La sociedad es concebida como dividida en dos clases enfrentadas donde una tiene poder sobre la otra, de ahí proviene el conflicto. Producida como resultado de una configuración psicológica, o de una conciencia socialmente generada, la fuente del conflicto es avizorada por las teorías de la fuerza como el origen del orden social. Y es mediante el uso de esa fuerza, que el orden de una sociedad existe o puede ser impuesto. Pero este poder se encuentra distribuido en forma desigual, pues algunos hombres obedecen y otros mandan. Y el resultado histórico fue la acumulación y el monopolio de ese poder. El Estado moderno creó una alternativa al monopolio pues en éste, se encuentra repartido en diferentes cuerpos: Ejército, Ejecutivo, Legislativo, etc. 2.3 Relación entre la teoría de la élite y la coerción El modelo coercitivo destaca la fuerza como factor primario de cohesión social La teoría de la élite ve la posesión de la fuerza en una minoría y plantea los términos de la relación entre esa élite y el resto de la sociedad. Estas relaciones no son simplemente de dominación y sumisión pues la monopolización del poder genera ella misma reacción; además, dentro mismo de la élite se plantean hegemonías entre los diferentes grupos que la componen. TEORÍA DE LA ÉLITE: aspectos del control La cohesión de la élite La falta relativa de organización entre la no-élite Las interrelaciones entre estos dos factores La fuerza entonces, resulta condición necesaria, pero no es su condición suficiente. Aunque carentes de respeto hacia la masa , los teóricos de la élite conceden importancia considerable a las técnicas de control y al proceso de movilización de las masas. Pero esto no se agota en la implementación de la fuerza bruta, también requiere de una comprensión de la psicología de las masas, ya que éstas son sensibles a las ideologías, a los símbolos y a los sentimientos. La élite les proporciona ideologías con las cuales identificarse, transformando la fuerza en autoridad legitimante de su posición. Esto se traduce en gobernabilidad, es decir obediencia y por tanto, orden social. 2.4 Insuficiencias de la teoría de la coacción Tal vez se ha considerado a la obediencia de manera simplista,pues a largo plazo no ofrece solución al problema del orden. Este se manifiesta en la modernidad en intervalos considerables de tiempo, de modo no perenne. La modernidad ha instituido una distinción entre Estado y sociedad, y gran parte de la sociología política se abocó a delimitar las fronteras entre ambos. Pero a los efectos del Estado -que dispone del monopolio legítimo de la fuerza- éste no puede hacer uso total del mismo, a menos que consiga la lealtad y apoyo de los miembros de la sociedad por otros medios que la fuerza. 2.5 El orden social: teoría del interés Desde esta perspectiva, el problema del orden pasa por la conciliación de los intereses individuales o grupales para lograr la armonía social. En la teoría de la coacción, no era posible la conciliación sin la fuerza. Las teorías del interés, afirman que el hombre hace lo que desea hacer, y que el orden social es resultado de ese interés Estas posturas parecen situarse entre las teorías de la fuerza y las modernas sociologías que hacen hincapié en el consenso basado en una socialización del comportamiento, es decir, lo públicamente aceptable. Presentan dos grandes variantes que veremos enseguida. 2.6 Teoría del interés: la variante prudencial Al interés privado de los hombres primitivos, se le opusieron peligros naturales, como los ataques de animales, cataclismos, etc. Con el fin de superarlos, es ellos que se agruparon. Con la evolución de la sociedad, ésta se fue complejizando, y con ella los derechos y obligaciones derivados de una conciencia colectiva; es decir, de la necesidad del esfuerzo en beneficio de la comunidad. El orden en este caso, se asimila a la cooperación, sin necesidad del ejercicio de la coacción, e incluyendo la gratificación como variable igualitaria. El gobierno es la expresión más antinatural de la concentración del poder. Según esta teoría, el acuerdo armónico de la sociedad -organizada en base a acuerdos de beneficios para todos los sectores- torna la fuerza innecesaria, excepto en los casos de intervención en las instituciones de control político, cuando el equilibrio entre el Estado y la sociedad es alterado. La variante prudencial considera al orden como resultante de la voluntad humana de cooperación 2.7 Teoría del interés: la variante de la competencia para la variante de la competencia el orden es una consecuencia -generalmente involuntaria- de la interacción humana Los teóricos de la persuasión competitiva se muestran más escépticos sobre los beneficios de la cooperación. El interés individual prima sobre el colectivo ante la competencia por recursos limitados y la desigualdad de los competidores y esto afecta la estratificación social basada en la economía. Esta posición entre el individuo y la sociedad en la versión competitiva del interés, es un principio básico de la sociología moderna, sin embargo contrasta con la necesidad del hombre de un entorno estable y previsible, no sujeto al utilitarismo maximalista. El orden, según esta teoría del interés, es producto de interacciones societales, donde el gobierno es un elemento de coacción de intervención menor. En las sociedades industriales, el orden social es producto del esfuerzo individual que permite la mejor distribución de los recursos escasos, bajo las condiciones de la competencia. En el caso de otro tipo de sociedad, p/ej: la militar, la integración, es lograda por coacción de la fuerza político-militar. En la sociedad de orden autosostenido, en la que cada sector compite, no es el orden sino el conflicto entre los grupos, el que resulta de la búsqueda del interés personal. Pero la pretensión de un orden autosostenido naufraga ante la monopolización del poder por mano de un grupo político o económico. Es inevitable que en el proceso de formación de grupos basada en la competencia, se arriesgue la formación de una sociedad dicotómica, sin armonía de intereses y en riesgo permanente de instalación del conflicto. 2.8 Evaluación de las teorías del interés El análisis de las teorías de interés hace recaer la atención sobre el individuo, pero la conexión entre el orden individual y el social derivada de la teoría del interés competitivo es de vital importancia para la sociología moderna. El concepto de interacción social implica que, cuando al menos dos personas se relacionan, establecen una situación de acuerdo a normas y reglas de comportamiento, que se comprometen a cumplir en un contexto social particular. Estas normas son las que regulan dicha acción y cuando la interacción se institucionaliza y estabiliza, es que se desarrollan los sistemas sociales. Este hecho social, tiene un poder coacción que ejerce sobre el o los individuos. La cultura es un conglomerado de símbolos, creencias y valores que el individuo internaliza, haciendo socialmente tolerables sus impulsos primitivos y sus necesidades. Las teorías del interés fallan, al no conceder atención debida a las normas sociales Empíricamente, las sociedades donde se compite, ofrecen a los actores, condiciones materialmente desiguales. Por ejemplo, en la carrera por el posicionamiento en lugares estratégicos, las posibilidades de la educación de los niños de clase media son superiores a los de clase obrera, pues su acceso es más fácil y su rendimiento escolar es diferente aunque su cociente intelectual sea similar. Este ejemplo puede extenderse a otros niveles, tornando la teoría del interés racional inaplicable. Los individuos no compiten en igualdad de condiciones por lo tanto la distribución de los beneficios no será óptima como rezan sus postulados. La pregunta entonces, sería: ¿cuál es la respuesta de aquellos que están en desventaja por su posición en el orden social? y ¿porqué no optan por salirse del sistema que los desfavorece? y en términos generales, ¿cuáles serían las consecuencias si la sociedad íntegra compitiera por las mismas y limitadas recompensas? Si se parte de obtener el máximo de los beneficios, cada grupo de poder lucharía para ajustar la distribución de estas recompensas en su favor aunque perjudique a otros y genere así una fuente potencial de conflictos. Según el pensamiento de Parsons, todos éstos fenómenos, podrían remitirse a una propiedad emergente de los sistemas de acción social, denominada “integración de valores comunes”, que se manifiesta en la legitimidad de las normas institucionales, en el ritual, y en los distintos modos de expresión. 2.9 El orden social: teoría del consenso de valores la teoría del consenso de valores intenta explicar el orden social a partir de la aceptación general de los valores comunes, sin necesidad de considerar referencia alguna al individuo como categoría Sin un sistema definido de valores compartidos por la mayoría de los miembros de la comunidad, el individuo concreto es impensable. Los hombres participan también de un sentimiento de identidad común que le da un sentido a su esfuerzo. Otro acuerdo es el relativo a los medios para alcanzar lo deseado y esto se constituye en elemento normativo de la sociedad. Los valores y las normas caracterizan la estructura y la cultura de una sociedad. Son los componentes necesarios del orden y la cohesión sociales y funcionan como algo externo al individuo. Para esta teoría, el consenso de valores está implícito en la noción misma de éstos y de las normas que construyen el artificio del orden social, cuya regulación se mantiene por medios no coactivos. La implementación de medios de fuerza, constituye una categoría analítica residual y no el centro en el análisis del orden social. 2.10 Insuficiencias de la teoría del consenso de valores La noción de consenso sobre valores y normas es decisiva en esta teoría para explicar el orden y la cohesión sociales. Pero si aquéllos son comunes a los miembros de sociedades diferentes, resulta difícil explicarlos en un caso particular de sociedad concreta. Sin embargo, no queda claro todavía por qué los individuos obedecen a las reglas. La teoría de la coacción nos dice que la obediencia se da por temor al castigo, mientras que la teoría del interés mantiene que la obediencia es producto de la satisfacción del interés personal. La teoría del consenso de valores ve en la obediencia, la aceptación socializada del orden social vigente. Esta última explica con bastante claridad porqué en la mayoría de los casos la gente obedece a reglas sin hacer preguntas, pero no satisface al interrogante de cómo circunstancialmente -al mantener el orden voluntariamente o no- pierden el eventualmente el hábito de obedecer. La teoría del interés nos aclara porqué actúa entre sí la gente en pos de la satisfacción de un impulso, pero no puede explicar en cuál de ellos es que aparece la interacción. La Teoría del consenso sí lo puede, al proporcionarle un contexto social y un contenido a esos impulsos sin forma en el individuo. No obstante estas dos teorías siguen dejando abierta la posibilidad del conflicto, por lo que hay que recurrir a la Teoría de la coacción. Inclusive en un sistema en el que no sea regular el uso de la fuerza para lograr la obediencia, cuando se encuentra bajo las tensiones del cambio, en caso de guerra, por ejemplo, cuando no hay un consenso de valores ni acuerdo sobre las reglas de juego. 2.11 Conclusiones y perspectivas La discusión planteada indica que el poder o la fuerza del Estado es sólo uno de los medios disponibles del control social. Uno de los puntos centrales para la sociología política es no sólo el referido al origen del Estado, sino a la variedad de relaciones posibles entre éste y la sociedad; el uso de la fuerza como medio de control, hasta el mantenimiento de ésta como categoría residual en garantía última del mantenimiento del orden. En los Estados en que la fuerza es sólo la garantía latente del orden, el interés social se orientará hacia las formas de transmisión de necesidades a la autoridad política, y las formas de equilibrio de esas necesidades a través de elecciones, los partidos políticos, los medios de comunicación, etc. La cuestión sobre los problemas de mantenimiento del orden social, planteada por los enfoques tratados anteriormente la tornan anticuada, ya que el orden y el desorden social, el conflicto y su resolución y sus fuentes en el Estado y en la sociedad, requieren de explicaciones más actualizadas. la sociología política requiere de modelos que muestren las conexiones entre los hechos políticos y sociales con mayor detalle, pues éstos responden a las interconexiones entre sociedad y Estado, que son más complejas de lo que las teorías del interés, de la coacción o del consenso de valores suponen